Trabajo en Equipo
Hasta hace muy poco tiempo, México no se había distinguido por
tener premios en competencias internacionales en deportes en equipo. La mayor
parte de las medallas obtenidas eran en deportes individuales: clavados,
taekwondo, marcha, caminata, tiro con arco, etc. Pareciera que nuestra sociedad
no es capaz de organizarse en torno a la colaboración en objetivos comunes.
La vida política, nos presenta otro ejemplo de cómo los intereses
personales o de grupo, se ponen por encima del bien común. Esa subcultura donde
son más importantes las diferencias que las coincidencias ha sido una
característica de nuestra historia, en la que se evidencia, esa falta de
capacidad para buscar acuerdos y avanzar.
Estas características que pareciera están presentes en lo íntimo
de nuestra idiosincrasia también forma parte de la cultura empresarial entre
los diversos actores de la economía nacional y también en la forma en la que
funcionan algunas industrias, cadenas de valor e incluso dentro de las propias
organizaciones en lo individual.
¿Dónde están las causas de este comportamiento? Se tratará acaso
de un tema genético de nuestras etnias o se un comportamiento que ha venido
permeando a lo largo de los años? Si bien no existen los destinos fatales, si
existen algunos patrones de comportamiento que a lo largo del tiempo se van
convirtiendo en usos y costumbres que se arraigan de tal forma que es difícil
desterrar.
El trabajo en equipo es el resultado del reconocimiento de las
deficiencias propias y el reconocimiento en talentos valiosos y complementarios
que nos ayudarían a ser mejores. Si bien pasa por un autodiagnóstico de las
deficiencias y talentos propios, también pasa por entender cual es la forma en la que
organizadamente se puede aprovechar la complementariedad que otros perfiles
pueden aportar y los roles que cada uno debe seguir.
Los fabricantes necesitan canales de distribución; los canales de
distribución necesitan transportistas que les permitan entregar a sus clientes,
sus clientes requieren de empresas de servicios que le permita a sus clientes
instalar los materiales que compran con un distribuidor, esas empresas de
servicios requieren servicios financieros, etc, etc. En una cadena de valor,
todos necesitan de todos, todos en algún momento son clientes y en otro son
proveedores.

Aunque parezca que es solamente un problema humano, actitud, no se
trata de un problema sólo de esa naturaleza, existen también algunos
instrumentos que hacen posible o no la organización de personas con funciones
distintas, estos se denominan procesos, que son algo así como las reglas del
juego para que cada persona tenga conocimiento de qué es lo que debe hacer,
cuándo hacerlo y con quienes debe tener una colaboración estrecha.
Los procesos son esa guía que conduce la actuación de las personas
y que permite darle a cualquier actividad una guía que permita cierta
consistencia en la actuación de las personas, es decir que siempre lo harán de
la misma forma aún cuando cambien las personas la experiencia del cliente será
la misma: los mismos productos, los mismos precios, las mismas políticas, la
misma atención; con ello los clientes reconocen cierta personalidad en las
empresas que los atienden.
Procesos y actitudes personales deben ser guiadas por un liderazgo
que sea capaz de entender los cambios del entorno, los cambios en las
necesidades de los clientes que permita a las organizaciones cambiar cuando sea
necesario, con la seguridad de que los pasos que se dan son con el objetivo de
permanecer en el gusto de los clientes que a final de cuentas son las razón de
ser de toda organización.